Historia #73: Las rosas



Caminaba con una amiga por la villa donde vivimos, cuando nos topamos con una casa llena de rosas de todos los colores y de todas las formas; tenía un jardín enorme, hermoso y bien cuidado. De verdad que daban unas ganas tremendas de quedarse ahí y ver esas rosas por toda la tarde. De verdad…, de verdad que era un espectáculo hermoso. Fue tanto así, de hecho, que con mi amiga nos acercamos a la entrada de la casa y llamamos a la dueña (una señora mayor súper buena onda) que salió a vernos inmediatamente.

            ¿Querís saber cómo se llamaba?

            −¿Cómo?

            −Rosa Rojas Rosales.

            (Su interlocutor se para enojado y dice):

            −Ya estai’ con tus cagás de chistes fomes, Meruane culiao’, oh.