Un hombre se encuentra en
una calle abandonada con un recipiente de aspecto misterioso que, al tocarlo,
hace aparecer un genio flotando sobre él. Le dijo, en agradecimiento:
−Puedo concederte cualquier deseo. El que quieras.
A lo que el hombre le contesta, sagaz, sabedor de que con
eso se volverá imparable:
−Quiero en energía sexual el equivalente de vida de Lucía
Hiriart. Por favor.
La inteligencia, como muchas veces, por sobre todas las
cosas.