Las
cosas no pueden estar peor:
aún
con la esperanza y la fe,
nada
mejora.
Es
que a veces perdemos a nuestro
[mejor amigo
y
todo se nos va al carajo.
Pero
queda alzarse en pleno
y
seguir todos los clichés del mundo,
ser
más alto que el Sol
para
tapar las nubes,
y
gritar hasta que revienten los órganos
para
agujerear el sentido
de
todo esto que me está matando.
Es
que a veces perdemos a nuestro
[mejor compañero,
y
nos quedamos sin sombra para ocultar
nuestras
penas.
Y
así es como todo vuelve a lo mismo,
como
un árbol que nace de la ceniza,
como
un barco que se hunde de nuevo.
Porque
a veces perdemos el rumbo,
y
no hay nadie quien pueda sostenernos.