¿Qué hacer en caso de...? #3: Cómo iniciar una pelea en 3 simples pasos



Cómo iniciar una pelea (con otra persona) en 3 simples pasos.

            1º Entablar una conversación con cualquier persona.

            2º Comenzar a hablar de Los Beatles.

            3º Comentar que Los Beatles son sobrevalorados.

            Entonces ahí empezará la pelea.

Historia #81: Decisiones



Un hombre camina por una solitaria calle a eso de las tres de la tarde de un día domingo,  seguro que nada malo va a ocurrirle. Sin embargo, una vez hubo llegado a la mitad de ésta, detrás de un poste de luz, aparece un tipo, pistola en mano, que quiere robarle todo lo que tiene. Le dice:

            −¡Pasa toas las güeás, pao’ culiao’!

            Lleno de miedo, el aludido le responde:

            −¡Cálmate, güeón, cálmate! –y dicho esto, empieza a registrar sus propios bolsillos para sacar todas sus pertenencias de valor; el asaltante no deja de apuntarlo con su arma−. ¡Toma, ahí tenís, pero no me hagai na’!

            Acto seguido, hace entrega de su billetera, su celular y su mp4 al asaltante pensando en que éste así lo dejará tranquilo de una vez por todas; pero en vez de eso, aún con las cosas del otro hombre en sus manos, el asaltante decide apretar el gatillo y atravesar su pulmón derecho y huir de ahí antes que alguien lo vea y termine por llamar a los Carabineros (aunque está lejos de sentir miedo por ellos).

            El hombre, totalmente abandonado, cae de rodillas al suelo sosteniendo su reciente y sangrante herida en el pecho, y piensa en todo lo que no ha hecho. Siente unas terribles ganas de llorar, de revolcarse en su propia sangre por la rabia que le ataca al verse imposibilitado de hacer algo al respecto para salvar su propia vida o vengarse del hijo de puta que le acaba de disparar; no obstante, luego de pensar más fríamente, se detiene por completo y dice, casi con desgana, pero lúcido:

            −Ah, verdad que soy un simple chileno de clase media baja –y se acuesta en el piso, cierra los ojos, y deja que la herida sangre hasta perder la vida. En su cara se observa una genuina expresión de felicidad. 

Historia #80: ¿Qué haces aquí?



Una vez conocí a una mina en un pub y ya, todo bien, todo bacán, nos curamos, nos comimos en el baño y como andábamos calientes, me la llevé pa’ la casa con el claro fin de copular con ella. Todo iba bien hasta que llegamos, entramos y encontramos a mi hermano mayor viendo una película solo en el living; como entré primero, me saludó buena onda y todo, pero cuando vio a la mina a la que había traído se levantó de un tirón y me dijo, fuerte: “¡¿qué hace esta maraca acá?!”; al principio no entendí muy bien: mi hermano nunca solía tener esos arranques de furia con gente desconocida, pero luego de ver la cara de la mina, caché que con toda seguridad se conocían desde mucho antes que yo. “Oye, lo siento, no sabía que era tu hermano”, le dijo la mina a mi hermano, temblorosa; parecía habérsele pasado la curadera al instante. Los miré a los dos y pregunté a lo Gary Medel: “¿qué sucede?”. Mi hermano me miró y me dijo: “esta maraca me pringó, me dejó el pico hecho mierda”. “¿En serio?”; no podía creer lo que estaba escuchando. “¡Sí, güeón!; ¿te acordai’ cuando se me inflamaron las güéas y me salieron esas ronchas en el pico y me tuvieron que llevar al hospital?”; asentí con la cabeza. “Ya pos, fue por culpa de esta maraca”. Miré a la mina en cuestión para corroborar la información: como sólo agachó la cabeza, supe de inmediato cuál sería su respuesta. “Mierda”, pensé, poniéndome nervioso, “en qué situación de mierda me he metido”; entonces empecé a juguetear con las cosas que tenía dentro de los bolsillos de mi chaqueta; fue en eso que toqué algo duro y rectangular hecho de cartón; como no sabía qué era, lo saqué para verlo a la luz de la pantalla que seguía prendida: era una caja de condones, nueva; como estuve un buen rato sosteniéndola con la mano extendida, sin hacer nada, me di cuenta que tanto mi hermano como la mina (cuyo nombre no recuerdo) la miraban sin decir nada.

            Fue entonces que hice el primer trío de mi vida.