Especial #14: Pokémon Go! ("Un sospechoso en el vecindario")



−¿Aló, sí, diga?
−¡¿Aló, mamá?!
−¿Alberto? ¿Erís tú?
            −¡Sí, mamá, porfa, no cortís!
            −¡¿Qué te pasa niño, por qué tan urgido?!
            −¡Mamá, estoy preso; los pacos… digo los Carabineros, me tomaron detenido!
            −¡¿Y por qué, hijo, por qué, qué güeá hiciste?!
            −¡Nada, mamá!
            −¡Cómo que nada, cómo que nada! ¡Si estás preso po’, niño tonto!
            −¡Mamá, me llevaron preso por andar capturando Pokémons!
            −¡¿Por andar capturando… qué?!
            −¡Pokémones, mamá, Pokémones!
            −¡¿Pokémones?!
            −¡Sí, mamá, de esos monos chinos que veía cuando chico…! ¿Te acordai’ que hace un tiempo te dije que ahora por fin iba a salir a la calle porque iban a lanzar una nueva aplicación para capturar Pokémones por el celular?
            −Eh… ¿Sí?
            −Ya po’: resulta que los pacos… digo los Carabineros, me pillaron capturando Pokémones en la calle… y me llevaron preso por actitud sospechosa…
            −¡¿Por actitud sospechosa?!
            −Sí, mamá, por actitud sospechosa. Creyeron que iba a robar las casas de nuestros vecinos.
            (La mujer traga saliva desde el otro lado de la línea).
            −¿Estás en la comisaria de la villa, cierto?
            −Sí, acá me tienen.
            −Ya, bueno… Me visto y voy en seguida.
            −Gracias, mamá.
            (La mujer cuelga el teléfono y lo deja a un lado. Y mirando al techo y pensando que no todos los milagros pueden ser gratuitos, llora antes de prepararse para ir buscar a su hijo que había salido por fin de casa luego de más de un año sin despegarse de su computadora).

Historia #116: Sabías tú - En la gira presidencial de 1970



¿Sabías tú…?
Durante la gira promocional de su campaña presidencial en 1970, Salvador Allende vio entre el público a un niño con lágrimas en los ojos, se acercó a él apartando a la aglomeración y le dijo: “pequeño, no llores, algún día tus sueños se harán realidad”, sacando relucientes chispas al rozar su mano contra su dócil cabello. Ese niño se llamaba Augusto Pinochet Ugarte.