Historia #118: Nunca llegaste



Te esperé bajo la sombra de un árbol la noche entera, ahí donde los amantes depositan sus esperanzas para encontrarse de nuevo, entre las nubes de nuestra ciudad que siempre ocultan las estrellas. Te esperé ahí, sentado, arrebujado entre dos polerones y una chaqueta, los dientes castañeando, la batería desvanecida y la sangre acumulándose en mis venas mientras todo seguía allá afuera, con su algarabía de colores, las risas, las caras, los gestos, la música…, pero tú nunca llegaste.