Historia #222: Tu sabor a tostadas con mermelada de durazno

Cuelgo de las hebras de tu cabello, de tu sabor a tostadas con mermelada de durazno y los tés por la mañana. Cuelgo y vivo en el ámbar de tu taza, en el dulzor vivo entre tus manos, en el cosmético corrido que despierta contigo. Vivo y muero en el vapor de tus quejidos, en el color de tus susurros, en el sabor de tus uñas, en el secreto de tus muslos. Muero cada vez que nos levantamos y fingimos que no nos conocemos en la calle, bajo la luz del sol, ante esa atenta mirada de quienes nos conocen y creen poder ver en el interior de nuestros cuerpos. Muero cada vez que pongo un pie fuera de esta cama.