Historia #114: La pena de la Señora Norma



Uno de los periodistas del matinal salió en pantalla sosteniendo un artículo del Diario La Cuarta. Decía que Anita Alvarado, la famosa Geisha chilena, había sido desalojada nuevamente de su casa por deudas.
            −¡Es que es verdad, ha sucedido! –decía el periodista con energía, como si anunciara el Fin de los Tiempos−. ¡La pobre Geisha ha quedado en la calle nuevamente!
            La señora Norma veía todo con horror, sin poder creer cómo algo así podía estarle ocurriendo a esa mujer tan trabajadora de la tele.
            −¿Pero y qué va a ser? –le preguntó uno de los panelistas al tipo, refiriéndose a la afectada.
            −Dijo que no lucharía más por su casa –respondió éste−, que hicieran con ella lo que quisieran.
            −¿Pero y dónde va a vivir?
            −Dijo que por mientras viviría en casa de familiares, pero que ya había decidido empezar de cero otra vez.
            −Vaya, qué mujer más fuerte.
            La señora Norma no podía creer la mala suerte de otras personas. Pobre Anita, pensó, sintiéndose al borde las lágrimas, luego de toda una vida de esfuerzo, le tocaba ser desalojada del lugar donde había vivido por tantos años con sus hijos…
            Pero la señora Norma estaba tan enfrascada en su tele, que ni siquiera se percató que afuera se estacionaba una imponente camioneta municipal junto con tres patrullas de Carabineros. Tampoco se dio cuenta que sacaban a la familia de la casa vecina a punta de garabatos y violencia, desalojándolos por sus deudas para con el Banco.
            −Pobre Anita Alvarado –susurró la señora Norma rompiendo a llorar por fin, mientras que afuera los Carabineros le propinaban sendos golpes con sus lumas en la espalda a su vecina y sus hijos de doce y diez años entre gritos e insultos−. Pobre, pobre Anita Alvarado.