Eran las once de la noche y Mario
estaba tan atrasado, que no le importó tener que tomar el famoso y temido atajo
de los focos rotos para ahorrar unos cuantos minutos antes de llegar al
paradero de los colectivos; estaba tan atrasado, que ni siquiera reparó en que
alguien lo seguía como una verdadera sombra en la oscuridad; de hecho, no se
dio cuenta de ello hasta que una cuchilla puesta en su cuello lo detuvo de
sopetón.
−Pasa la’ monea’, machucao’ –dijo
un tipo tras su espalda; la cuchilla se apretó aún más en su cuello.
−Güeón, no tengo na’.
−Sí, culiao’; mejor pasa la
plata, si no querí’ que te… ¿Mario?
Mario sintió una leve sorpresa al
mismo tiempo que el asaltante relajaba su mano y su cuchilla.
−¿Mario, güeón?
−¿Pelao’ Osvaldo?
−¡Güena, güeón! –El asaltante abrazó
a Mario−. ¡Güeón, sorry, no cachaba que erai’ tú!
−Culiao’, me asustaste.
−No caché que erai’ tú, en serio.
Mario hizo un gesto de
indiferencia.
−Ya, no importa; igual pensaba
defenderme.
Osvaldo rió un poco.
−¿Qué mierda hací’ asaltando,
güeón? –le preguntó Mario, reconociendo los rasgos de su amigo a medida que sus
ojos se acostumbraban lentamente a la oscuridad−. ¿Eri’ pastero ahora?
−No, güeón, no pasa na’. No tengo
ni uno y me tengo que juntar con una loquita en el centro en un rato más. Ayer
nos hicimos cagar con los cabros fumando yerba y me gasté todo.
−Me imagino, culiao’.
Osvaldo estuvo unos cuantos
segundos en silencio; parecía un tanto incómodo.
−¿Oye, Mario, güeón?
−Sí, dime rápido, que voy
atrasao’.
−¿Me prestaríai’ plata?
−Sí po’, güeón, obvio. Vamo’,
¡pero al toque!
−Ya, güeón, vamo’ –Osvaldo guardó
su cuchilla en el pantalón.
Mario sonrió para sus adentros
mientras emprendía nuevamente el camino hasta el paradero con Osvaldo, pensando
en lo bueno que había sido estudiar en un colegio municipal y haber hecho
tantas buenas migas con sus antiguos compañeros de curso; de otra manera,
probablemente ya estaría muerto, con un corte profundo en el cuello, sin su
sueldo recién extraído del cajero, sin pantalones, ni zapatillas, ni
calzoncillos.