─Mira,
qué perrito tan lindo.
─¡Aw, sí, qué bonito! A ver: venga,
perrito, perrito.
El animal, un perro adulto de pelaje
negro azabache muy mal cuidado, se acercó con cautela al paradero donde se
encontraba la pareja de novios. Eran ya casi las once de la noche.
─¡Mira: hasta se deja que le hagan
cariño!
─Y mira, tiene un collar. Debe tener
dueño.
─Sí, es lo más probable.
─A ver cómo te llamas, bonito o
bonita.
La joven le tomó la placa colgante
de su collar y la volteó para inspeccionarla.
─¿Cómo se llama el perro, Marta?
─Se llama… Destructor… Destructor de
vaginas…
─Oh…, qué original…
─Sí, muy original…