Artículo Diario El
Pacificador
8 de Junio de 2016
La última vez que vieron a
Mauricio Pérez fue en el supermercado en el que llevaba años desempeñando la
labor de empaque, precisamente un domingo a eso de las diez de la noche, cuando
el recinto cerró sus puertas luego de una agotadora jornada de trabajo. A
diferencia de reiteradas ocasiones anteriores, el desaparecido, en esta
oportunidad, declinó a la acostumbrada invitación de sus colegas a beber una
cerveza tras el término del turno, arguyendo que tenía compromisos importantísimos
por cumplir. Desde ese entonces que no se sabe de su paradero.
Sus conocidos y
familiares más cercanos aseguran que Mauricio no tenía ninguna razón para
desaparecer de esta manera: no presentaba ninguna tendencia suicida ni
depresiva, y según sus propios amigos (con los que compartía a diario), contaba
con varios planes a futuro, lo contrario de lo que se puede esperar de una
persona con la arraigada idea de esfumarse de su ciudad sin darle explicaciones
a nadie.
Durante el
almuerzo de ese día, sus papás no notaron nada extraño en su persona: de hecho,
se había reído un montón a causa de un capítulo del Chavo del 8 en el que todos
se van de vacaciones a Acapulco, por lo que jamás imaginaron un ápice todo lo
que se les vendría encima.
Sus amigos
dijeron algo parecido al respecto. “El Mauro tenía planeado juntarse con
nosotros después del trabajo”, señaló Ignacio, mostrándose confundido por la
falta de mejores conclusiones. “Se suponía que íbamos a ver Naruto tomándonos
unas cervezas y comiendo papas fritas, como lo habíamos hecho con la lucha
libre en el verano y unos cuantos capítulos de Game of Thrones recién
estrenados, pero resultó que nunca apareció por nuestra casa”. Sus amigos
aseguran haberlo esperado, aburridos y ansiosos, por un buen par de horas,
llamándolo sin cesar a su celular que no contestó en ningún momento. “Al
principio el celular marcaba, o sea que estaba encendido. Pero pasadas las doce
de la noche exactas, su celular se apagó y nunca más pudimos intentar nada. Fue
como si se lo hubiera tragado la tierra”.
Sus papás están consternados, sin ninguna pista que los
lleve hasta el paradero de su hijo: han revisado sus últimas conversaciones de
Facebook con casi todos sus contactos, consultado a las personas que
frecuentaban verlo en la calle y han dado aviso a todas las entidades capaces
de ayudarles, mas todo ha resultado irremediablemente infructuoso.
Los amigos y familiares del desaparecido han habilitado
un número fijo al que se puede llamar sin costo alguno para entregar
información al respecto (ver más abajo). Aseguran que cualquier dato que
parezca dilucidar este confuso incidente, será tomado en cuenta. “Sólo espero
lo hagan por nuestro hijo”, declaró su madre, sin poder contener las lágrimas.
“Lo amamos y extrañamos muchísimo. No queremos que nada malo le pase”.
Por otro lado,
sus colegas del supermercado están dedicando gran parte de sus esfuerzos a
hallar pistas esclarecedoras de su paradero, organizando pequeños grupos de
búsqueda que operan por turnos. “Vamos a dar todo lo que podamos por nuestro
compañero perdido”, dijo Ismael Carvajal, principal encargado de esta noble
empresa. “Vamos a hacerlo hasta que no haya qué más inspeccionar, o hasta que
lo hallemos”.
Si usted cuenta con información que pueda ayudar a
desentrañar ese caso, por favor contáctese con los familiares de Mauricio Pérez
al siguiente número:…