Un hombre encontró una
extraña botella azulada al lado del camino por el que caminaba; motivado por la
curiosidad, la tomó y se dio cuenta que había una extraña figura humana
atrapada adentro. Parecía necesitar ayuda. Entonces el hombre forzó la tapa del
recipiente con sus manos, logrando sacarla al cabo de unos cuantos segundos. Se
escuchó un fuerte ¡PAF!, acompañado de una gruesa cortina de humo azul; un
genio como el de las películas animadas apareció por entre ella. Se veía
exaltado.
−¡Ufff, pensé que jamás me liberarían! –exclamó; luego
miró más detenidamente al hombre que lo había liberado−. Hola, amigo: soy un
genio, por si no te has dado cuenta; y como podrás imaginar, puedes pedirme un
deseo, cualquiera. El que quieras, pero sólo uno, no más que eso.
El hombre, sin poder creerlo, meditó su deseo por unos
minutos. Pensó en todo el poder que tenía en sus manos, cuando por fin dijo:
−Bueno, el deseo que quiero es…
Entonces todas las personas del mundo desaparecieron;
todas excepto él y un travesti que había conocido hacía un tiempo.
Así fue cómo la raza humana llegó a su fin.