Un
auto que transitaba por la calle, fue detenido a la mitad de ésta por un mimo.
−Pi pi, pi-pi-pi, piiii −dijo el
mimo, acercándose al lado del conductor del vehículo, mientras se escuchaba una
cascada de risas detrás suyo: la calle se hallaba repleta de personas que
sentían la imperante necesidad de darle un descanso a la rutina de la semana,
expectantes todos al show callejero que se desarrollaba frente a sus ojos−. Pi,
pi-pi, pi-pi-pi-pi −añadió el mimo, haciendo el ademán de sacarle un parte
(invisible, por supuesto) al chofer.
Sin embargo, el conductor del
vehículo, en vez de celebrar su broma y ser parte de ella, rebuscó
frenéticamente en la guantera de su auto y extrajo una pistola 9mm. Le quitó el
seguro, y para cuando el mimo se dio cuenta de lo que tenía frente a su cara,
ya era demasiado tarde.
−¡PIII-PIII, PII…!
Y entonces sus sesos volaron sobre
el asfalto tras dos rápidos disparos en su rostro.
La gente rió aún más y ovacionó con
vítores y carcajadas.
El conductor del vehículo los saludó
a todos con su mano libre, sonriendo, y siguió su curso, deteniéndose unos
cuantos metros más allá cuando el semáforo dio rojo.
Había nacido un nuevo estilo de show
callejero.