Largo camino a la ruina #32: Ornamento

−Güeón, el vecino está re loco –le dije al Juan, entrando a su casa.
            −¿Por qué, güeón?
            −Porque tiene un muñeco re parecido a él colgando del árbol del jardín. ¡Está re güeno; parece real!
            −Es que a ese viejo siempre le ha gustao’ toda esa güeá’ de Halloween y la gueá’. Siempre se motiva y se pone a decorar la casa con güeás bacanes. Una vez arregló la casa para que pareciera iglesia y él se visitó de cura; le daba los dulces a los niños vestido de cura –No pudo evitar reírse−. ¿Entendís?; le dio dulces a los niños vestido de cura. Las mamás lo miraban más feo que la chucha.
            No pude evitar sonreír al respecto; cómo me hubiera gustado ver las caras de esas mujeres al no saber qué mierda pasaba.
            −Tú vecino entonces es la raja.
            −Sí, güeón, el loco es terrible bacán.

            Tres días después, supimos que lo que colgaba de su árbol no era un muñeco: era él mismo, que se había suicidado por culpa del cáncer y la depresión que lo consumían lenta e irremediablemente por dentro. Fue toda una pena para mí no haber hablado con él antes que todo aquello sucediera.