Historia #70: ¿Has pensado, pequeña?


Caminaba por la calle a eso de las dos de la tarde, cuando una linda muchacha, bajita, rubia, de ojos claros, con una visera y polera de color rojo, con una gran cruz colgando del pecho y un montón de papeles sujetos entre sus brazos, viene y me dice:
            −Hola, buenas tardes –parecía tener entre unos veinte, veintidós años−, estamos recolectando firmas para el aborto.
            −¿Perdón; cómo? –No había escuchado bien.
            −Que estamos recolectando firmas en contra del aborto –me repitió, paciente−. ¿Quiere firmar? –preguntó, sacando una lapicera de uno de sus bolsillos.
            −¿Tú crees que el aborto es malo?
            Eso pareció desconcertarla.
            −Ehhhh… Sí…, sí…, yo creo que es malo.
            −¿En serio?
            −Sí –me confirmó más segura, mirándome de una forma rara−. Es penado por Dios.
            −¿Y has pensado, pequeña –le dije, acercándome lentamente a ella−, en que podría violarte acá mismo, en ese callejón sin salida allá al fondo, o llevarte forzadamente a mi casa y esclavizarte, vestirte de mucama, Sailor Moon, Las Guerreras Mágicas o Vilma Dinkley, y penetrarte hasta que, por azares del destino, quedes embarazada de un ser que estarás por lejos de querer en tu vida, porque te recordará todo el tiempo el mal momento que viviste conmigo? –Me acerqué otro poco hasta que quedamos frente a frente; la joven me miraba horrorizada−. ¿Has pensado en eso, pequeña, lo has pensado?
            Pero la joven no alcanzó a contestar: en vez de eso, dio un fuerte y corto grito, espantada, y salió corriendo calle arriba, mientras la pregunta seguía retumbando en su cabeza y yo no paraba de reír y mirarle su rico culo, apretado, bien formado, exquisito, bambolearse tras ella.