La escases del agua, tanto en nuestra
región como en el país y el mundo entero, es una realidad a la que nos
enfrentamos a diario: es cosa de mirar ciertos parajes, antes verdes y
frondosos, ahora hechos una real mierda, para darnos cuenta que está quedando la
pura caga’h en nuestro entorno. Es por esto mismo que nuestro queridísimo
Gobierno anterior lanzó una simpática campaña de prevención que nos invitaba a
ahorrar el agua en nuestras casas, haciéndonos tomar ciertas “simples” medidas para
cumplir con nuestra misión de buenos y correctos ciudadanos. Por mi parte, debo
decir que desde un tiempo hasta ahora, la duración de mis duchas han sido
reducidas considerablemente (si me sienten olor a empanada reventada, deberían
sentirse orgullosos de mi sacrificio), tomaba cerveza en vez de agua, ron con Sprite
en vez de jugo Zuko (cuya fórmula requiere de al menos un litro de agua) y casi
siempre meaba en la bañera para no tener que tirar la cadena del retrete y así
desfavorecer la misión que el Gobierno nos había impuesto.
Sin
embargo, ¿alguna vez se han preguntado si las mineras extranjeras cumplen con
una misión parecida a la nuestra? ¿Se han preguntado si los políticos se dan el
lujo de reducir sus costumbres acuíferas por el bien de todos? Sabrán, en
primer lugar, que estas famosas empresas relacionadas a la minería gastan miles
de litros de agua a diario, casi todos los días a la semana; ¿qué es eso
comparado con nuestro gasto al echarnos una meadita y tirar la cadena?; ¿qué es
eso comparado con un minuto más de ducha para quitarnos el humo de mierda de
los vehículos de la ciudad, o el sudor y cansancio acumulados después de haber
trabajado todo el día en una oficina por un sueldo miserable?; ¿qué es eso
comparado con un poquito de agüita para limpiar el cuello de nuestro precioso
pene (en el caso de los hombres)? Yo creo (en mi parecer personal, egocéntrico,
de hijo de perra que dicen que soy), que estamos puro haciendo el loco. Yo
ahorro, pero no por seguirle el amén a los conchasdesumadres que dictan estas
famosas y geniales medidas de prevención (gesto de ironía), o lo que sean: yo
ahorro porque pienso en el futuro. Y bueno, en segundo lugar, sabrán que los
políticos son unos hijos de puta. Ese es otro buen argumento para no creer en
estas basuras.
Ahorre
agua: piense en sus familiares, hijos, papás, abuelos, mediohermanos, tíos,
tías, abuelos, cuñados, esposos, amantes, homosexuales, lesbianas, vagabundos, animales,
en los extraterrestres que nos vigilan desde el cielo tratando de apoderarse de
nuestro maldito planeta, en todos ellos. Ahorre agua porque hará falta, pero no
por hacerles caso a esos estúpidos que nos controlan. Aunque si puede y quiere,
alargue su ducha por un minuto más: a veces el cuerpo lo necesita. Si tiene una
buena caña, tome agua: le hará bien. Si tiene un whiskey a su disposición y no
hay bebida gaseosa cerca, échele agua: sabrá rico y curará menos. Haga lo que
sea con el agua: pero ahorre. Ahora bien, si son de la Cuarta Región, cada vez
que vayan al Valle del Elqui y vean el tranque más seco que los huesos de
nuestra difunta Sarita Vásquez, piense en que eso no es culpa de usted, ni de
nosotros: es culpa de los mismos que imponen soluciones para un problema tan
grande y que no hacen más que agravarlo al no supervisar y pararle las güeas de
una vez por todas a empresas que lo están chupando todo. Como Kenita Larraín.