Una pareja de pololos se
encuentra discutiendo agriamente en una plaza; la mujer cree que él tiene la
culpa, pero el hombre da sus razones para decir que en realidad la culpa es de
ella: le habla, le presenta hechos, da detalles de su actuar con paciencia.
Luego de unos cuantos minutos, la mujer lo mira y le dice:
−¿Sabes?; tienes toda la razón.
Entonces el hombre, siendo presa de su instinto, mira al
cielo y se fija que en éste se abre un enorme agujero que comienza a tragarlo
todo: primero son las nubes, luego el celeste del infinito, los cerros, las
casas, las personas, los animales…
Y bueno, ocurrió todo aquello que ocurre cuando una mujer
le da la razón a un hombre.