Reflexión #3: Hacia el mismo lado

Ayer iba en el colectivo, y como no tenía ná' con qué escuchar música ni qué leer, no tuve otra que ponerle atención a lo que hablaban el conductor y el pasajero sentado a su lado. Éste último refunfuñaba por lo del Paro Nacional del Sector Público: que por qué güeviaban tanto, que por qué no se ponían a trabajar mejor, que esto iba a paralizar las cosas el día entero, que ojalá volviera el General y lo arreglara todo.
Lo escuché con detención, y pensé: ¿cómo mierda hay gente que puede pensar solo en ellas y no en el bien común de todos?; digo: si en vez de criticar a los demás y sus cruzadas para mejorar el Mundo en el que vivimos, les ayudaran, jalaran hacia el mismo lado, con toda seguridad podrían (podríamos) lograr cosas mejores; si al final de cuentas son las mismas personas (nosotros) los que les damos poder a los políticos y les llenamos los bolsillos de dinero, NUESTRO dinero de NUESTRO trabajo.
Pero no, no lo hacemos; pareciera que está en nuestros genes dejarnos avasallar y chaquetear siempre el actuar (por lo general bueno) del otro; siempre ha sido así, y probablemente así siempre será, con un montón de políticos pelotudos metiéndonos un palo en nuestro culito cada vez que quieran.