Sergio bien podía ser la
definición exacta de la palabra “mala suerte”: nacido un viernes 13 de la
decimotercera semana del año 91 (múltiplo de 13), fue confundido con un enorme
cálculo biliar al momento de nacido, cayó estrepitosamente al suelo cuando su
madre perdió la vida al tomarlo en brazos, quedó al cuidado de un espantoso tío
que no dejó de violarlo desde que tuvo tres años, y que falleció mucho tiempo
después en una disputa borracho, con nueve cuchillazos repartidos por todo su
rostro, dejándolo así joven y desamparado en la calle, en la miseria, en la
necesidad de tener que succionar sudorosos penes de camioneros para ganarse el
pan de cada día, y así sufrir meses enteros viviendo peor que un vagabundo,
siendo un montón de veces rociado por los Carabineros en protestas iniciadas
por los universitarios, y un montón de veces procesado por detectives que no
dejaban de declararlo culpable sólo por su piel sucia y facha zarrapastrosa;
Sergio podía encarnar tan bien la palabra “mala suerte”, que su foto podría
haber aparecido en los diccionarios, junto a la palabra misma, con su mirada
despistada y su pose ya tan pasada de moda; podría haber inspirado millones de
historias y haber alcanzado su merecido reconocimiento por todo lo que había
vivido en tan poco tiempo; Sergio nunca supo si fueron los planetas alineados
erróneamente, si las estrellas mandaron algunas señales malignas para salar su
suerte, o si, simplemente, Dios quiso jugar un poco con alguien para reírse y
burlarse en sus grandes momentos de ocio; en realidad, por desgracia, Sergio
nunca se enteró de nada, puesto que su mala suerte lo llevó una noche a
transitar por la Capital y ser parte de una conspiración que lo envolvió en una
explosión, lo dejó en llamas y moribundo sobre el asfalto, lo suficiente como
para que se retorciera y respirara su propia carne quemada con la conciencia
totalmente dilatada. Fue tanta su mala suerte, que la gente sigue pensando que
él lo había planeado todo desde un principio, desde que nació un viernes 13 de
la decimotercera semana del año 91 (múltiplo de 13), cuando fue confundido con
un