Cuando
llegue
la
muerte,
no
habrá más dieta
ni
más gimnasio
ni
nada grandioso,
sólo
polvo,
olvido
y
podredumbre.
Porque
cuando
llegue,
no
habrán
más
sonrisas
ni
ilusiones
ni
más sueños,
tampoco
más
mentiras
expectaciones
miedos
ni
músculos
ni
huesos.
No
habrá nada.
Pero
lo tendrás todo.
Tendrás
polvo
que
es
eternidad
el
lugar seguro
que
siempre
buscaste
tiempo,
que
en la eternidad
lo
es todo.
Cuando
llegue
la
muerte
no
seremos
músculos
ni huesos
ni
dientes
ni
dedos
ni
pelo
ni
órganos.
Seremos
polvo
imperfección
un
montón de
tiempo
condenado
y
eternidad
y
olvido.